Entre Indigentes

Entre Indigentes
Me encontraba un día en la ciudad de Punto Fijo a las afueras del banco Venezuela, esperaba cobrar mi “Gótica de Petróleo” por realizar un curso de recursos humanos en la conocida “Misión Vuelvan Caras”.
El calor aumentaba y la brisa nada que soplaba, el sol inclemente tampoco se apiadaba de mi frente, la cola del banco era de aproximadamente unos cien metros y yo me encontraba a sesenta de la puerta, - o al menos eso calculé - mi mirada buscaba de lado a lado donde distraerse; en una muchacha que este buena o algún evento que me sacase de aquel hastío, - avanza la cola -  mientras camino miro hacia mi derecha y observo una pareja de indigentes que se encontraban a escasos diez metros de distancia. Las personas a su alrededor los miraban con desprecio, tal vez por sus ropas que entre rotas y sucias los vestían, o por el sucio negro de la carretera y el bióxido de carbono de los carros que se les adhería a la piel como una especie de vida simbiótica, mezclado con algunas otras sustancias que les manchaban la dermis por no tener donde bañarse y limpiar sus cuerpos cómodamente, se apreciaba el desprecio de las personas para con ellos, pero aun así, era como si tal cosa no les afectase en lo más mínimo solo les importaba juguetear entre ellos haciéndose bromas y chistes para luego abrazarse y darse un beso de “piquito” como diciendo –no importa lo que piensen estos idiotas que vienen a cobrar unos pinches cien bolívares que se les van en pasajes, además mientras tu yo estemos juntos y nos tengamos el uno al otro para apoyarnos todo estará bien.- yo los seguía contemplando con cierta felicidad por lo que veía y sonriente porque a su vez lograba escuchar ciertos chistes entre ellos, y pensaba que era placentero el ver como dos personas son capaces de amar sin ningún tipo de interés monetario o porque “no me gusta porque esta feo(a)” y las malicias de “Montarse Cachos”, habían quienes decían que estaban locos yo no lo creía así pues sus conversaciones eran coherentes, lucidas, de cierto interés social y necesidades comunes en los seres humanos.

Al cabo de unas horas me encontraba cerca a la puerta del banco y con ciertas preguntas existenciales tras lo visto; ¿era posible encontrase un amor como el que acababa de ver? Desinteresado, sin importar el qué dirán de los demás, que no sea desalmado -como en algunos casos- y sin traiciones, sin que nos vean como un recurso humano de escalada a un estrato social más alto, solo queriendo ser lo mejor en lo que somos y con quien estamos… De repente apareció como si me golpeasen con un martillo en la cabeza y al mismo tiempo me cegase una luz incandescente, una frase que había escuchado ya hace tiempo en un amigo “En esta vida, están los que nacen estrellas y los que nacen estrellados” fue entonces cuando me di cuenta que ellos no eran los indigentes si no, ¡yo!, pues hasta el momento era un indigente en el amor.

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